Capítulo 399. El prisionero C.3.3.

Han condenado a Oscar. Bloque C, piso 3, celda 3. Dos años de prisión y trabajos forzados. Su delito imposible fue enamorarse de alguien de su misma naturaleza. Habla conmigo desde su celda de angustia y yo le escucho desde un veloz vagón subterráneo. Las cartas son su libertad y baja hasta las profundidades para confesar ante su musa:

"Quienes tienen mucho suelen ser codiciosos. Quienes tienen poco siempre están dispuestos a compartir. No me importaría lo mas mínimo dormir sobre la hierba fresca en verano y refugiarme en invierno en un cálido pajar o en el desván de un granero, con tal de tener amor en mi corazón. Las cosas externas de la vida me parecen ahora carentes de importancia. Ya ves a qué extremos ha llegado, o está llegando, mi individualismo, pues el viaje es largo y por donde ando hay espinas. [...] No necesito decirte que mi tarea no termina ahí. Eso sería relativamente fácil. Me queda mucho camino por delante. Tengo que subir empinadas montañas y atravesar valles oscuros. Y todo ha de salir de mí. Ni la religión, ni la moralidad ni la razón pueden serme de ayuda. Soy uno de esos que están hechos para las excepciones, no para las normas."

Y prosigue:

" (Cristo) Fue la primera persona que dijo a la gente que deberían vivir vidas "como las de las flores". Él acuñó la frase. Tomó a los niños como el tipo de lo que la gente debería intentar ser. Los ofreció como ejemplo a sus mayores [...]. Dante dice que el alma del hombre es "como una niñita que va por ahí llorando y riendo". Intuyó que la vida era cambiante, fluida y activa, y que permitir que se estereotipase de cualquier otra manera equivalía a la muerte. Comprendió que la gente no debía tomarse demasiado en serio las cosas materiales y los intereses vulgares, que no ser práctico era una gran cosa y que uno no debería preocuparse mucho por sus propios asuntos."

Comentarios