Capítulo 352. La virtud del perezoso.

"¡Cuanto del esfuerzo del aldeano se encuentra, en último término, al servicio de las empresas estúpidas de algún rico! Hay, en el pueblo del norte, un tipo rudo, orgulloso y rico que va a construir un muro bajo la colina a lo largo del límite de su terreno. Se le ha metido la idea de que debe protegerse del mal, y quiere que pase tres semanas cavando para él. Si lo hiciera, la comunidad diría que soy un hombre industrioso y trabajador. Pero como prefiero dedicarme a empresas que dan un beneficio verdadero, aunque poco dinero, piensan que soy un haragán. Y como yo no necesito a esta policía del trabajo inútil para regular mi vida, y no veo nada que admirar en la idea de acometer tal trabajo, por muy entretenido que sea para este rico, prefiero, por mi lado, dedicarme a completar mi educación en una escuela diferente." 
H.D.T, 24 de Julio de 1852.

Comentarios