Capítulo 346. Fauna de Parkland vol. 4 (y último)

Queridos newgonkinos,
presentamos hoy el último capítulo de "Fauna de Parkland". Una sección que esperamos haya sido de vuestro agrado y en la que hemos estudiado en profundidad los extravagantes y misteriosos ejemplares zoológicos que habitan los parques infantiles de New Gon City. Para despedir la sección analizaremos con detalle las especie mas afables de este apasionante ecosistema urbano:

Las Maso-tías: Animales bienintencionados que dedican sus tardes sin plan a jugar con sus sobrinos en el parque. Se caracterizan por su ingenua predisposición a cualquier tipo de juego siendo manipuladas sin ningún tipo de escrúpulos por sus demoníacos sobrinos. Son ejemplares jóvenes, con plumaje Converse All-Star, fácilmente reconocibles por su entusiasmo desmedido y porque mantienen una sonrisa estoica a pesar del evidente derrumbe de su fondo físico. El entusiasmo de las maso-tías suele arrastrar a varios grupos de cachorros por lo que, en ocasiones, quitarán tarea a los padres próximos a su entorno. Curiosamente, los padres afectados por el despliegue de las maso-tías no muestran agresividad por este hecho y suelen aprovechar para echarse un cigarro a la salud de la maso-tía en cuestión. Pueden observarse entre los columpios aunque, ocasionalmente, pueden encontrarse especímenes de Maso-tías revolcándose por la arena.

Mam-ultitask: Su principal característica es que pueden controlar todos y cada uno de los rincones de Parkland con un misterioso sistema de detección del peligro altamente especializado que supera en eficiencia al radar, al sonar y al GPS juntos. Estos sorprendentes animales son discretos y siempre tienen varios cachorros a su cuidado a los cuales vigilan desde la distancia. Sus habilidades naturales les permiten ser capaces de mantener una conversación telefónica mientras preparan meriendas, cambian pañales o construyen un castillo. Las mam-ultitask son un raro ejemplo de simbiosis avanzada ya que no es raro verlas aparecer de la nada para salvar la vida de un cachorro de otra especie parklandesa.  No consta en los registros el avistamiento de un macho Mam-ultitask. Sólo existen hembras en esta especie.

El Abuelo Teruel: Pasea por Parkland con su pelaje de boina y sus zapatillas de rejilla. Se sabe poco del comportamiento de este esquivo animal salvo que es un ser migratorio que sólo puede observarse los días laborables entre las 11:00 y las 13:30 y, ocasionalmente, los sábados y domingos por la mañana en compañía de Mam-ultitasks o iDads principalmente. El abuelo Teruel es un animal pacífico que habita los bancos de Parkland y apenas emite sonidos. Vive en simbiosis con las palomas a las que suministra toneladas de migas de pan a cambio de silenciosa conversación. En los mitos y leyendas heredados de la tradición parklandesa el Abuelo Teruel siempre ha representado la sabiduría contemplativa de Parkland. 

Joaquín el superhéroe: Ejemplar de polluelo ultraextrovertido que, como su propio nombre indica, se llama Joaquín y es un superhéroe superpoderoso. Lleva una capa que solo él es capaz de ver y vuela con los pies apoyados en la tierra. Emite un canto del tipo efecto especial con espectaculares "fuussssss" y "raaassss" que remarcan la velocidad supersónica de sus acciones salvíficas. Suele asociarse en productivas simbiosis con ejemplares del pirata Félix o con Lucas el espadachín. El gorjeo de su madre pidiendo su retorno al nido actúa como cruel kriptonita que destruye todos los superpoderosos superpoderes de Joaquín el superhéroe.

Carlablablás: Polluelos hembra que despliegan y mantienen una continua e inacabable conversación con los otros animales de Parkland. Son ejemplares muy divertidos y afables que suelen contar todo tipo de detalles íntimos que suceden en su propio nido. Se conocen casos de Carlablablás que han descrito las costumbres higiénicas de su padre o el número de veces que su madre excreta al día. Los ejemplares adultos de Carlablablá llaman la atención continuamente a sus cachorros empleando un contundente berrido que les da nombre y suena como "¡¡¡¡¡Carla!!!!!", sin embargo, los polluelos de Carlablablás no parecen responder en absoluto a este estímulo paterno.

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