Capítulo 300. Mr. Knock Art's punch

Uncle Mike inició el proceso. A propósito del capítulo 297 me envió una fotografía desde Concord, Massachussets en la que recordaba sus dorados tiempos bostonianos y sus viajes por Nueva Inglaterra. En aquella fotografía se mostraba el cartel que rememora una famosa cita de Thoreau. Este simple hecho liberaba involuntariamente el resorte que dispara a Mr. Knock Art, otra de las extravagantes criaturas que vive en mi interior. 

Mr. Knock Art... sólo es necesario una canción o algo de arte impactante e inesperado para liberarle de su reclusión y darle poderes para golpearme. La impredecible criatura me toma por sorpresa y lanza un terrorífico puñetazo a mi sistema operativo que colapsa mi razón y me introduce en un bucle infinito de admiración artística. No es un mal tipo Mr. Knock Art pero, normalmente, aparece en momentos poco apropiados y sus puñetazos ponen a prueba mi sentido del ridículo.

Gracias al golpeo de Mr. Knock Art recuerdo haber asistido a charlas de trabajo y no enterarme de nada en absoluto porque mi cerebro se quedó atrapado en la letra de una canción que escuché de camino al curro. En otra ocasión, en un bar, Mr. Knock Art me hizo fingir que iba al baño solamente por escuchar el tema que estaban pinchando sin las interrupciones propias de una conversación. También he llegado tarde a reuniones por pararme a escuchar "Let's get it on" y he estado 25 minutos en una misma página por haber leído un verso sublime. El golpe de Mr. Knock Art me convierte en alguien ineficiente, confuso y conmovido...fantástico para ir a hablar con tu jefe.

Los ataques de Mr. Knock Art duran desde unos minutos hasta varios días. Es habitual que mi concubina me encuentre ensimismado tras un puñetazo de Mr. Knock Art. Afortunadamente, ella suele comprender que estoy bajo su influencia y no pretende reiniciar mi sistema operativo. Sabe que, en ese estado, mi cerebro no responde bien y que intentar espabilarme puede ser un poco frustrante en ocasiones.

La fotografía de Uncle Mike desató a  Mr. Knock Art hace un par de días. Me pilló trabajando y estuve aturdido toda la jornada porque Mr. Knock Art redujo mi pensamiento a una espiral de admiración obsesiva al fragmento escrito de Thoreau. Ya hace tiempo que Madame George me dijo que Henry David y yo deberíamos conocernos mejor. Uncle Mike y Mr. Knock Art se encargaron de refrescarme la cita que teníamos pendiente en Walden Pond. Hoy me acuerdo del señor Keating y los Poetas Muertos. Hoy por fin, preparé mi equipaje.

"Fuí a los bosques porque quería vivir a conciencia y afrontar solo los hechos esenciales de la vida. Y ver así si podría aprender de lo que me tenía que enseñar para no descubrir, en el momento de mi muerte, que no había vivido."


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