Capítulo 298. NGC 57 AM vol.8 - Polly Jean Forever

¡Buenos días en una nueva noche alumbrando la Cabaña, New Gon City!

En plena devoción por sociedades secretas encargadas de custodiar legados que trascienden lo terrenal, es hora de hablar de una muy especial. Tanto, que no está en manos de sus propios miembros la admisión o rechazo de candidatos; ni siquiera gastan liturgias de rituales ancestrales. Apenas unos pocos ingresan y menos aún se mantienen. Sabedores algunos, ignorantes otros, de que la historia les señalará entre los escogidos de una generación: la Liga de los Pretenciosos con Causa.

Hoy la Cabaña extiende la alfombra roja para recibir a la actual Gran Maestra de la Liga. Creadora de un universo propio de sonidos que se expande al ritmo de los tiempos, la historia de la música tiene reservado un lugar de privilegio a esta artista de apabullante coherencia. Porque el puzzle de las dos últimas décadas no se comprende sin ella. En una época en la que los destacados son los que saben referirse con criterio a estilos y sonidos ya establecidos, deslumbra una artista siempre inconformista, siempre innovando... siempre en evolución, pero siempre ella misma... siempre PJ... siempre Harvey.

Sorprendió desde sus inicios hace ya más de dos décadas. Más que consolidada en apenas un lustro, desde entonces se ha enfrentado una y otra vez con la esquizofrénica paradoja de ese doble colmillo de los críticos musicales: uno, salibando por una anhelada nueva entrega que traiga un poco de luz a la maraña de novedades; otro, buscando hincar la yugular de la presa y cantar su decadencia. Así se esperaba su última aportación... y el resultado fue la victoria por aclamación.

No apunto pues a original si me lanzo a celebrar "Let England Shake" como uno de los discos cumbres recientes. Como ocurre con las obras que verdaderamente dejan huella, no todo son instantes propicios para el descubrimiento y disfrute. Hay que encontrarlos. Pero en mi caso, por algún motivo, llegó en el momento justo. Lo cierto es que apenas oí los primeros adelantos pensé (literalmente): "Ha vuelto… absorbente, atmosférica, adictiva…dictiva…dictiva…". Desde entonces, un buen número de escuchas escogidas, siempre con el resultado de la admiración creciente. Y es que de nuevo, como ocurre con las obras que verdaderamente dejan huella, en cada escucha valiosos tesoros emergen, nuevos temas atrapan e infinidad de detalles cautivan. Se disfruta como un minucioso trabajo artesanal, donde nada es casual ni sólo fruto de un momento de genialidad. Es el resultado de aunar sabiduría, inspiración e indudables dosis de ingenio, acompañados de un largo proceso de múltiples ciclos e idas y venidas hasta obtener el destilado final.

Aquí va un apunte. Quizá el corte más melódico y convencional. Y es que a veces lo más difícil es dejar la impronta
bajo una ficticia apariencia de sencillez en la base de acordes. Mucho más aún, si se consigue conmover y hacer evocar sentimientos y situaciones. Merece sin duda la pena primero escuchar en directo al hilo de la poesía...



...para luego repetir, con ese final en el que, generación a generación, parece transmitirse por vía genética el fatal despropósito al que, triste e irremediablemente, se intuye condenada a revivir la naturaleza humana...



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