Capítulo 260. NGC 57 AM vol.7 - Vientos frescos

¡Buenos días en la noche que alumbra La Cabaña, New Gon City!

¿No os ocurre que, sin saber por qué, sois víctimas de endorfinamientos musicales temáticos por épocas? Una escucha accidental en la radio, en el coche de un amigo, en un bar, es el desencadenante. Y entonces rescatas los discos de Jimi Hendrix, piensas cómo no los estabas escuchando últimamente, quieres hacerte hasta con grabaciones imposibles, y ahí que te entregas a darle a los guitarreos por una temporada. Entonces se cruza en el instante adecuado una banda sonora de una película... y venga con la música instrumental.
 
A veces el fenómeno es colectivo y de más recorrido. No tan intenso, pero marcadamente presente, como impregnando el espectro sonoro de fondo. Definitivamente, hay sonidos que por algún motivo sintonizan con el momento. En los últimos tiempos me he visto reflexionando sobre ello al encontrarme con grupos que, por causas no inmediatas, suenan... actuales. Más aún, que por el tipo de sonido sé que en el futuro ubicaría en un lustro determinado aunque los escuchara por primera vez. Y no, no es por el uso de instrumentos novedosos...

Al meollo, ¿será que me ha dado una debilidad personal por trompetas y trombones? Sin duda. Pero que proliferan grupos de la indefinible "escena indie" que le han cogido el gusto a la sección de metal, también. Mientras me debato acerca del huevo y la gallina al respecto, que sea un homenaje a uno de los discos que más he disfrutado en lo que llevamos de década: "The Rip Tide", el último de Beirut, un grupo que despertó el interés de buscadores de nuevos grupos independientes ya con su primer trabajo, y que ha entrado de lleno en escena con el último. Sin alharacas ni artificios, nada espectacular y, sin embargo, simplemente redondo y derrochando frescura. Apenas nueve escuetos temas que se enlazan de principio a fin con toda naturalidad (pinchen y vean). Poco más de media hora de música con distintivo propio y de calidad. Y dejando claro desde el inicio de qué va el asunto, con esa inmejorable introducción "A candle's fire", que da paso al que no es precisamente el tema más representativo, pero que paradójicamente fue el que me hizo lanzarme al disco; y es que costaba no dejarse atrapar por el pegadizo, y por momentos adictivo, lema. Así que clamé: apuntadme a "Santa Fe". Y, desde allí, a dejarse llevar por la ola...




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