Capítulo 192. NGC 57 AM vol.5 - Sones ancestrales

¡Buenos días en la fría noche, New Gon City!

Era plena Nochebuena y sonó el timbre de la tienda de la calle 40. Innumerables novedades abruman cada semana Fauneil Music, pero pocas causan mayor regocijo que la que ufano lucía en mano Sir Castaway. Había motivos. Hexacorde luce nuevo disco, brindemos por ello, cómo no. Y de paso, traigámolos a la Cabaña.

La historia se remonta más de lo que uno quisiera; épocas adolescentes nada menos. Por aquellos días, en el de por sí selecto grupo de andanzas del ilustre catedrático, unos elegidos decidían lanzarse a explorar los caminos de la música folk. Y lo hacían con la suficiente propiedad como para llegar a saltar a los escenarios. Eso sí, en cada ocasión, una apuesta segura: entre los incondicionales a pie de pista, más entregado que ninguno, el Sir. Tras múltiples devenires, idas y venidas y, en definitiva, el paso por los filtros de las exigencias vitales, sólo quedó un resistente de los escarceos iniciales. Y lo hizo aunando espíritu. Había que sumar componentes y, como no es azar que ellos se junten, un encuentro en un cruce del camino y Talented Ruffus se unió a la aventura.

Una suerte compartir aulas colegiales con él. Apenas llevaba tiempo entender los motivos del respeto que se palpaba en la tribu hacia ese compañero carente de ínfulas y que reservaba las ocasiones para armarse con su flauta travesera. Es curioso el ecosistema que se genera en una clase de adolescentes. Hay diversos roles que se van asignando y aceptando; en ocasiones, incluso los que de natural no se antojarían. Pero no es común que la referencia tranquilizadora para descifrar intrincados espacios vectoriales, lo sea para recibir el balón en ataque, apostar a ganador en el concurso de dibujo o en el certamen de teatro. Ahora entendéis la naturaleza de Talented Ruffus y a estas alturas habréis dado por sentado que unas cuantas conversaciones musicales y algunas rudimentarias cassettes se intercambiaron gustosamente entonces.

Aclarados quedan los motivos para el brindis, pero no sólo obedecen a la índole personal. Hexacorde lleva años entregado a rescatar y reinterpretar los sones ancestrales de las tierras que vieron nacer a los padres fundadores de esta ciudad. La escucha se convierte en un reencuentro con las raíces sonoras, con la capa primigenia de la genética cultural. Por momentos parece que han encontrado su lugar en el folclore de salón o el folclore de cámara, convirtiendo los ritmos ancestrales en exquisitas melodías sometidas a cuidada orquestación. Pero no os llevéis a engaño. Si les dejan un espacio en la plaza del pueblo, el pilón borboteará, espontáneos saltarán animados a echar unos bailables y que siga la fiesta. Apenas hace unas semanas un ilustre programa radiofónico se hacía eco del estreno de su nueva entrega. Me debatía entre identificar fugas o cánones mientras me topaba con el pasodoble más deleitoso escuchado hasta la fecha. ¡Música maestros!



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